Hace mucho tiempo en China, ya sabéis, el lugar donde el dragón es buena suerte, los osos panda se habían quedado sin alimento. El jefe, que se llamaba Pandi, y su hijo Serdi organizaron una reunión y todos decidieron viajar en busca de bambú. Llegaron a Pekín y descubrieron que había mucho bambú y quedaron allí, pero cada vez que un humano se acercaba empezaban a atacarle.
- ¡Socorro!, me van a hacer mucho daño.
Y así todas las veces. Y los pandas se quedaban muy satisfechos. Después, un día el jefe dijo:
- No podemos seguir así; tenemos que atacar a la ciudad.
Su hijo Serdi también aceptó la idea y explicó la razón:
- Algún día mandaran tropas para matarnos. Por eso, debemos atacar nosotros primero.
Antes del ataque Serdi salió un poco a pasear y se encontró con el alcalde de Pekín que se llamaba Twan y Serdi por poco le ataca, pero Twan le tranquilizó diciendo:
- Tranquilo, intenta decirme lo que queréis y os lo daré.
Serdi señaló a la boca y rápidamente lo que quería.
- ¿Quieres comida, verdad? – dijo sonriendo Twan.
Durante un momento Serdi se quedó sonriendo, pero se acordó del ataque y rápidamente volvió a Pekín, pero ya habían empezado el ataque sin él y los osos destruyeron la ciudad. Serdi empezó a llorar. Los demás le preguntaron:
- ¿Qué te pasa, Serdi?
Serdi contó a los demás lo que sucedió con Twan. Entonces Pandi decidió hacer otra ciudad, pero esta vez que vivieran los humanos y los pandas juntos. Twan también pensó eso y cuando preguntó a Pandi todos los pandas movieron la cabeza y levantaron otra ciudad de Pekín donde los pandas y los humanos vivieron juntos y muy felices.