Los reporteros de esta clase, Sofía y David, nos envían su crónica para que nos enteremos de lo que han ido a ver en el castro de la Campa Torres de Gijón.
El martes 9 de marzo, fuimos a visitar la Campa Torres, antigua Noega. Allí nos esperaba Mónica, nuestra guía. Nos contó cosas muy interesantes.
En la visita, descubrimos que, cuando un soldado se portaba mal, le hacían sacar piedras de la muralla y volverlas a colocar en su sitio. ¡Y vaya si costaba!
Para atravesar la muralla tenían que salvar varios obstáculos: primero, tenían que pasar un foso de unos 10 metros de profundidad, después de atravesar el foso, al subir la colina, quedaban al descubierto, por lo que podían atacarles (antecastro), y, por último, tendrían que atravesar una muralla de 5 metros de altura.
Actualmente no sabemos si tenían enemigos o no, o simplemente construyeron la muralla por si acaso. Y sabemos que la muralla se hizo en el siglo V a.C.
Además también tenían pozos, con agua y el que vimos tenía 14 peldaños, para que pudieran bajar a por el agua.
Las casas cilúrnigas, tenían una sola habitación para todas las tareas: un pequeño rincón para los escudos, lanzas etc. Tenían una fogata que sería la cocina, el “llar”, ponían piedras alrededor, también ponían un poco de paja que eran sus colchones.
Pero, en cambio, en las casas romanas tenían dos habitaciones, ventanas, un techo mejorado, es decir, de madera y estaba hecha de piedra. También las casas romanas tenían unos 34 m cuadrados.
Al lado del museo hay 2 de estas casas reconstruidas en las que entramos.
Los Astures como no tenían moneda hacían trueques de comida, objetos…
En la actualidad, no se han encontrado apenas restos humanos. Tampoco se sabe si había cementerios, y se cree que tiraban los cuerpos al mar.
Los arqueólogos han encontrado una especie de diademas de oro que los guerreros astures ponían en las armas cuando iban a luchar. Astures y romanos apreciaban mucho a unos caballos llamados Asturcones por su fuerza.
Comían de todo: vino, cerveza, pan de escanda, aceite, manteca de cerdo, frutos secos, bellotas, marisco…
El martes 9 de marzo, fuimos a visitar la Campa Torres, antigua Noega. Allí nos esperaba Mónica, nuestra guía. Nos contó cosas muy interesantes.
En la visita, descubrimos que, cuando un soldado se portaba mal, le hacían sacar piedras de la muralla y volverlas a colocar en su sitio. ¡Y vaya si costaba!
Para atravesar la muralla tenían que salvar varios obstáculos: primero, tenían que pasar un foso de unos 10 metros de profundidad, después de atravesar el foso, al subir la colina, quedaban al descubierto, por lo que podían atacarles (antecastro), y, por último, tendrían que atravesar una muralla de 5 metros de altura.
Actualmente no sabemos si tenían enemigos o no, o simplemente construyeron la muralla por si acaso. Y sabemos que la muralla se hizo en el siglo V a.C.
Además también tenían pozos, con agua y el que vimos tenía 14 peldaños, para que pudieran bajar a por el agua.
Las casas cilúrnigas, tenían una sola habitación para todas las tareas: un pequeño rincón para los escudos, lanzas etc. Tenían una fogata que sería la cocina, el “llar”, ponían piedras alrededor, también ponían un poco de paja que eran sus colchones.
Pero, en cambio, en las casas romanas tenían dos habitaciones, ventanas, un techo mejorado, es decir, de madera y estaba hecha de piedra. También las casas romanas tenían unos 34 m cuadrados.
Al lado del museo hay 2 de estas casas reconstruidas en las que entramos.
Los Astures como no tenían moneda hacían trueques de comida, objetos…
En la actualidad, no se han encontrado apenas restos humanos. Tampoco se sabe si había cementerios, y se cree que tiraban los cuerpos al mar.
Los arqueólogos han encontrado una especie de diademas de oro que los guerreros astures ponían en las armas cuando iban a luchar. Astures y romanos apreciaban mucho a unos caballos llamados Asturcones por su fuerza.
Comían de todo: vino, cerveza, pan de escanda, aceite, manteca de cerdo, frutos secos, bellotas, marisco…