Después de haber solventado unos pequeños problemas, que también los tenemos, con el paradero de los archivos, nos disponemos a seguir publicando todo el material que el alumnado nos ha ido pasando relacionado con las visitas culturales que se realizan . En este caso, las reporteras son Alba, Carmina y Sofía.
Viernes 12 de marzo. Cuando llegamos a las Termas Romanas, nos esperaba Mónica, que ya conocíamos porque nos había acompañado, en la visita a la Campa Torres. Vimos un vídeo sobre las termas. Luego nos mandó dejar la chaqueta, y entonces comenzamos con la visita.
Primero, nos explicó, cómo los romanos calentaban el edificio. Tenían un fuego en el subsuelo que no veían. A través de una doble pared, entraba el aire caliente en todo el edificio. Luego nos dijeron que el vestuario se llamaba apoviterio y también nos dijeron que estaría amueblado con bancos y taquillas. Había lugares para hacer gimnasia, piscinas de agua fría, de agua caliente… Las termas eran públicas, es decir, podía ir toda la población. Suponen que las mujeres y los niños irían por la mañana y los hombres por la tarde. Abrirían hacia el mediodía, porque antes había que calentar el edificio, y llevaba su tiempo.
Las termas se construyeron en el siglo I d.C y dejaron de usarse en el siglo V d.C. Se convirtieron en casa, parte del alcantarillado y necrópolis medieval.
Entre los restos, se ha encontrado un esqueleto. Los arqueólogos dicen que podría ser una mujer de unos 25 años.
Y aquí se termina nuestra visita a las Termas Romanas.
Y lo mejor fue que volvimos caminando. Vimos la antigua pescadería, la Plaza Mayor y el Ayuntamiento, la casa natal de Jovellanos, restos de la muralla romana de Gigia, y cuando subíamos hacia el cerro de Santa Catalina, ¡encontramos a los jugadores del Sporting! Se hicieron una foto con nosotros y nos firmaron unos autógrafos. También escuchamos el rumor del mar desde el Elogio del Horizonte. Vimos la nueva pista de skate, pasamos por el rompeolas, el Muelle, la antigua rula del pescado, el puerto deportivo, la playa de Poniente, los edificios barco, Cuatro Caminos y, por fin, el cole.
Y hasta aquí nuestra crónica.
Viernes 12 de marzo. Cuando llegamos a las Termas Romanas, nos esperaba Mónica, que ya conocíamos porque nos había acompañado, en la visita a la Campa Torres. Vimos un vídeo sobre las termas. Luego nos mandó dejar la chaqueta, y entonces comenzamos con la visita.
Primero, nos explicó, cómo los romanos calentaban el edificio. Tenían un fuego en el subsuelo que no veían. A través de una doble pared, entraba el aire caliente en todo el edificio. Luego nos dijeron que el vestuario se llamaba apoviterio y también nos dijeron que estaría amueblado con bancos y taquillas. Había lugares para hacer gimnasia, piscinas de agua fría, de agua caliente… Las termas eran públicas, es decir, podía ir toda la población. Suponen que las mujeres y los niños irían por la mañana y los hombres por la tarde. Abrirían hacia el mediodía, porque antes había que calentar el edificio, y llevaba su tiempo.
Las termas se construyeron en el siglo I d.C y dejaron de usarse en el siglo V d.C. Se convirtieron en casa, parte del alcantarillado y necrópolis medieval.
Entre los restos, se ha encontrado un esqueleto. Los arqueólogos dicen que podría ser una mujer de unos 25 años.
Y aquí se termina nuestra visita a las Termas Romanas.
Y lo mejor fue que volvimos caminando. Vimos la antigua pescadería, la Plaza Mayor y el Ayuntamiento, la casa natal de Jovellanos, restos de la muralla romana de Gigia, y cuando subíamos hacia el cerro de Santa Catalina, ¡encontramos a los jugadores del Sporting! Se hicieron una foto con nosotros y nos firmaron unos autógrafos. También escuchamos el rumor del mar desde el Elogio del Horizonte. Vimos la nueva pista de skate, pasamos por el rompeolas, el Muelle, la antigua rula del pescado, el puerto deportivo, la playa de Poniente, los edificios barco, Cuatro Caminos y, por fin, el cole.
Y hasta aquí nuestra crónica.